JAÉN: CENTRO TURÍSTICO DE MITOS Y LEYENDAS DE LA PAZ

Una de las calles más emblemáticas de la ciudad de La Paz es la calle Jaén, no sólo por la historicidad que la caracteriza, ya que en la misma vivieron patriotas como Pedro Domingo Murillo y Apolinar Jaén, de ahí el nombre del lugar; sino también, por las leyendas y mitos que presenta. Dichos aspectos generan que esta calle sea  uno de los lugares más populares para los turistas y uno de los más cuidados y significativos para los habitantes de la urbe paceña.

La calle está ubicada a pocos metros de la Plaza Murillo y tiene una extensión de cien metros que van desde la calle Indaburo a la Sucre. Su antigüedad data del siglo XVI; por lo cual, aún conserva las características de la época con una empedrada y casas coloniales que desprenden historias llenas de misterio.

Se dice que este ha sido un lugar con demasiada actividad paranormal desde que se tiene memoria. Y las personas cuentan los numerosos encuentros con fantasmas, apariciones y almas en pena. Según un artículo, entre estos relatos destacan las apariciones fantasmagóricas de Pedro Domingo Murillo, héroe nacional, quien no deja de rondar su vivienda y conversa del cómo fue la lucha por la libertad con algún transeúnte solitario a altas horas de la noche. A su vez, otras personas manifiestan que han sido perseguidas por la cabeza de Murillo, la cual emite algunos quejidos dolosos por el lugar.

Otra leyenda que se relata es que antes de hacer bendecir la calle, los vecinos eran despertados por gritos, gemidos y el sonido de cadenas de esclavos, quienes golpeaban las puertas pidiendo ayuda. Por lo cual, se decidió colocar una cruz verde en la esquina de la calle para mitigar estas apariciones. Sin embargo, otra historia cuenta que la cruz verde salvó de morir a un reo inocente que iba a ser ahorcado, ya que como ésta cayó justo en el momento en que el hombre iba a ser conducido hacia el cadalso en la Plaza del Agua o Riosinho, los policías pensaron que había una intervención divina, que el reo era inocente y  lo liberaron.

A su vez, se dice que la calle está repleta de duendes, pequeños hombrecitos que disfrutan de hacer travesuras y divertirse a costa de los transeúntes. La gente cuenta que recibe empujones, zancadillas, robo de pertenencias; además de las risas y burlas de estos personajes.

También se cuenta que la calle es transitada por una mujer vestida de luto, la cual aparece ante los caminantes al caer la noche, llorando  por la muerte de su esposo y rogando que alguien la acompañe y la escuche. La gente dice que se debe tener cuidado con la mujer, ya que estira el brazo, aparentemente buscando consuelo; sin embargo, su verdadera intención es tomar a la persona que se cruzó en su camino para llevarlo al más allá.

Las viviendas en esta calle son conservadas por su riqueza patrimonial y, en la actualidad,  funcionan como museos. Entre estos destacan el Museo Costumbrista Juan de Vargas, el Museo de Metales Preciosos Precolombinos, el Museo de La Casa de Murillo, el Museo del Litoral y el  Museo de Instrumentos Musicales. Estos aspectos, como se mencionó anteriormente, son el reflejo de la historia y cultura que marcó el origen y desarrollo de la ciudad; sin embargo, no se puede dejar de lado que los mitos y leyendas que poseen la calle Jaén continúa atrayendo a propios y extraños.